El trastorno de lateralidad.
¿Qué es el trastorno de lateralidad?
Sin embargo, en algunos casos, y debido a un trastorno neurofisiológico hereditario, la lateralidad no se define bien y la persona utiliza la parte derecha para realizar algunas funciones y la parte izquierda para realizar otras. O dicho de otra forma, los influjos nerviosos que proceden de cada lado del cuerpo y que deberían confluir en los lados opuestos del cerebro no circulan ordenadamente.
Debido a que la definición de la lateralidad en nuestro sistema nervioso afecta a la organización de las funciones superiores como el lenguaje, la capacidad lógica y el aprendizaje de las matemáticas, la comprensión, la concentración, la percepción espacio-temporal, etc., esta lateralidad cruzada o heterogénea repercute en la capacidad psicomotora y, por tanto, en el rendimiento cognitivo y en el bienestar emocional.
Cómo afecta el trastorno de lateralidad a los niños y adolescentes
Al producirse un rendimiento inferior al nivel intelectual real (a la potencialidad del niño), su día a día se ve marcado por la lentitud, las dificultades en la lectura, el habla y el cálculo, deficiencias en la escritura, falta de concentración, comprensión, etc. Y, a menudo, el niño es tildado de perezoso, patoso o “pasota”. Todo ello provoca problemas de integración escolar, conflictos familiares y, sobre todo, mucho sufrimiento, causando ansiedad, estrés y una profunda desmotivación.
Cómo afecta el trastorno de lateralidad a los adultos
En los adultos, y en la tercera edad, se traduce en bloqueos, problemas de concentración, de lenguaje y retención; agotamiento físico, mental y emocional; insomnio y lentitud, y desequilibrio y torpeza; todo lo cual origina conflictos relacionales en el ámbito laboral y familiar.
recuperado de: http://lateralidad.com/el-trastorno-de-lateralidad/
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Incidencia del aprestamiento, lateralidad y lectoescritura en el desarrollo físico y cognitivo de los niños y niñas de la tercera etapa de Educación Inicial del centro escolar “Tierras Blancas”, municipio el Tuma-La Dalia, durante el I semestre 2017
Mediante la presente investigación se da a conocer la incidencia del aprestamiento, lateralidad y lectoescritura, en el desarrollo físico y cognitivo de los niños y niñas de la tercera etapa de Educación Inicial del centro escolar “Tierras Blancas”, municipio el Tuma-la Dalia, durante el primer semestre del 2017, teniendo como propósito fundamental determinar la incidencia del aprestamiento, la lateralidad y la lectoescritura en el aprendizaje de los niños y niñas entre las edades de 5 ó 6 años de edad.
Este tema es importante, debido a que los procesos de lateralidad y el aprestamiento son indispensables para el desarrollo de los niños y niñas, quienes se iniciaran en la etapa de la lectura y escritura.
Se identificaron cantos en los que se toman como punto de referencia su propio cuerpo para ejecutar movimientos, además se realizan actividades tales como: colorear, repintar, rellenar y trazar en hojas de aplicación; éstas elaboradas por la docente y también hicieron uso de cuadernos de trabajos facilitados por el Ministerio de Educación.
Sin embargo, se valora como poca o nula la implementación de estrategias que ayudan a preparar a la docente que facilita procesos de aprendizajes en los niños y niñas de Educación Inicial; por tal razón se presenta una propuesta de intervención pedagógica propia para desarrollar de manera adecuada el aprestamiento y la lateralidad en la etapa de iniciación a la lectoescritura del III nivel de la Educación Inicial.
De acuerdo a los acontecimientos el enfoque que se utilizó en esta investigación es el cuantitativo, con pocos elementos cualitativos, se aplicaron instrumentos como: entrevistas y observaciones a las diferentes fuentes. Se tomó una muestra no probabilística en la cual se seleccionaron a: 10 niños de la III etapa de Educación Inicial, 1 docente y 5 madres de familia. Las palabras claves en esta investigación fueron: Lateralidad, Aprendizaje, Lectura, Escritura y Aprestamiento.
Recuperado de: http://repositorio.unan.edu.ni/5203/
La Importancia de un Desarrollo Acorde de la Lateralidad en los Niños.
“Lateralidad” puede parecer un concepto muy abstracto pero, en realidad, se aplica en muchas áreas de nuestra vida. El desarrollo adecuado de la lateralidad en los niños es vital para la realización de otros procesos de aprendizaje. Muchas veces “lateralidad” se confunde con otros términos como “dominancia manual” o “direccionalidad”, por lo que es importante, en primer lugar, diferenciar estos conceptos.
El cerebro humano tiene dos hemisferios, derecho e izquierdo. En la mayoría de las personas el hemisferio izquierdo es el dominante y determina que la persona sea diestra; sin embargo, en un porcentaje menor (6%), el hemisferio dominante es el derecho, lo que hace que la persona sea zurda. La dominancia de una persona está determinada por el predominio de uno de los hemisferios.
¿Qué hace que un niño sea diestro o zurdo? Los expertos indican que la dominancia se ve condicionada por nuestros genes, por lo que tendríamos más posibilidades de ser zurdos si existiesen antecedentes familiares. Pero, en realidad, no nacemos totalmente diestros o zurdos, sino que nos vamos convirtiendo en tales en nuestra primera infancia, influidos por esa tendencia genética y por el entorno en el que crecemos.
¿Desde que edad podemos definir la dominancia de un niño? Podemos tener indicadores de la dominancia desde que el niño empieza a voltearse, por el lado hacia el cual se voltea primero; o al agarrar objetos, por la mano con la cual lo toma primero. No obstante, antes de los tres años es normal que no haya una dominancia definida y que el niño experimente con ambos lados de su cuerpo.
Recuperado de:
http://www.faromundi.org.do/2011/06/la-importancia-de-un-acuerdo-desarrollo-de-la-lateralidad-en-los-ninos/
Lateralidad y matemáticas.
La lateralidad es un recorrido neuro-senso-motriz que comprende la etapa prelateral de los 0 a los 4 años en la que el niño alcanza el dominio del cuerpo y la simetría en los órganos sensoria- les. También alcanza una buena coordinación automática contralateral y una función sensorial tri- dimensional (Paricio, Sánchez, Sánchez y Torices 2003).
A partir de respuestas halladas en los neonatos que reflejan preferencia por uno u otro lado de su cuerpo, la lateralidad también se ha relacionado con la condición genética. Esta preferencia se evidencia en el primer año de vida y tiende a desaparecer para reaparecer en el segundo año en el que progresivamente la definen. Se espera que quede definida sobre los ocho años y parece ser que el predominio tiende a consolidarse en el lado derecho. Sin embargo, sigue sin conocerse el origen genético de los zurdos, que representan una minoría en la población (10%). Indistintamente del hecho de ser diestro o zurdo, destaca la importancia de la homogeneidad para establecer la late- ralidad como un aspecto importante en el desarrollo cognitivo (Brotóns 2015).
En el tercer año de vida del niño, la lateralidad va a definirse a partir el nivel de la funcio- nalidad cortical, que se manifiesta con alternancia las dos manos en acciones que lo requieren; du- rante este tiempo el niño pasa por las etapas conocidas como prelaterales en las que consigue el dominio del cuerpo y garantiza una buena coordinación contalateral automática. En la edad de los 4 a los 7 años se automatiza y define la preferencia.
Este desarrollo se incluye en el esquema corporal que el niño va definiendo en la medida que vive su cuerpo y se identifica con éste, en que lo usa y lo representa, que va estructurándolo a lo largo de su vida, sobre todo en lo relacionado con la coordinación motriz. Por ello, los ejercicios que dan cuenta de la psicomotricidad incluyen los referentes al esquema corporal, la lateralidad, la organización espacial y temporal y la adquisición de conceptos a través de las acciones motrices (Rigal, 2006).
Hay varios tipos de lateralidad:
Diestro: se considera a quien usa preferentemente el lado derecho en mano, pie, ojo y oído. Para este caso el hemisferio que organiza la información entrante y organiza la respuesta motora es el izquierdo.
Zurdo: se llama a quien usa preferentemente la mano, pie, ojo y oído izquierdos. Para este caso el hemisferio que organiza la información entrante y organiza la respuesta motora es el derecho.
Zurdería contrariada: su lado izquierdo es el dominante pero utiliza la derecha (generalmente la mano) por influencias socio-culturales o por imitación de sus congéneres.
Ambidextrismo: cuando se usa con la misma eficacia los dos lados del cuerpo, este tipo no es muy frecuente y cuando se encuentra, generalmente se refiere a uso de la mano.
Lateralidad cruzada: se produce cuando los índices preferentes no se sitúan en el mismo lado del cuerpo. Por ejemplo, uso preferente de ojo y oído derecho pero mano y pie izquierdos, se consi- dera este tipo de lateralidad.; o cuando, al menos, uno de los índices difiere de los demás.
Desde el nacimiento el ser humano tiene capacidades matemáticas, pues su cerebro está equipado con el sentido cuantitativo (Sánchez 2005). El pensamiento aritmético está presente en los niños cuando actúan sobre los números estableciendo relaciones aunque tengan distinto significado, es el caso de expresiones como “ir después”, “uno más”, “siguiente”, que aunque no son propiamente aritméticos, sí refieren al campo de las matemáticas, por tener implícito el sentido numérico. Sin embargo, las formas de aproximación a la matemática evolucionan con la edad, en la medida que complejiza el conocimiento en las experiencias diarias (Ortiz, A. 2009).
En la etapa de infantil y primero de primaria el niño de 5 a 6 años, pone en marcha los procesos analíticos al percibir un objeto, esto se da porque su hemisferio izquierdo se activa y aparece la capacidad de contar unidades y luego aprende a operar hasta que construye el pensamiento matemático.
El establecimiento adecuado de la lateralidad durante el proceso de aprehensión de las matemáticas es fundamental para que los conocimientos se establezcan correctamente.
Recuperado de: http://www.infantilneuropsicologia.es/lateralidad-y-matematicas/
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